miércoles, 3 de octubre de 2012

El Despellejador




La historia original del Despellejador

Mi mejor amigo murió la noche anterior y sé que el culpable fue esta cosa. La primera vez que me habló de él fue hace como dos semanas, cuando lo soñó por primera vez. En su sueño, me contó que había visto una figura andrógina, alta y con una multitud de extremidades alargadas; y que en lugar de pies solo tenía manos.
La cosa estaba desnuda y con piel que parecía caerse como la de una serpiente mudando.
No tenía ojos, solo una boca que se alargaba tanto como él quería.
Recuerdo el terror que expresaba cuando me contó todo sobre él, especialmente el terror en sus ojos cuando recordó que durante un momento en el sueño la criatura demostraba qué tan rápida era, como si la cosa quisiera decirle que no podría escapar de él, por más rápido que fuera.
Recuerdo como me empezó a confiar que comenzaba a verlo más y más seguido, no solo en sus sueños si no en todos los lugares a los que iba; como aparecería siempre con esta sonrisa molesta y como desaparecería después, apareciendo más y más cerca con cada ocasión.
Así que ayer decidí pasar la noche con él para que no estuviera tan aterrado mientras sus padres salían de paseo, esperando que quizás yo pudiera consolarlo y decirle que todo estaría bien, que tal vez esta cosa que creía que lo seguía no era real.
Fue a media noche cuando desperté y mi amigo me tomaba de la mano.

"Sé lo que quiere."

Recuerdo como habló suavemente, con miedo en sus palabras.
Volteé para verlo, pensando que estaría mirándome; pero en lugar de eso sus ojos estaban fijos en el techo. Así que hice la peor cosa posible: miré hacia arriba y finalmente lo ví por mí mismo, y supe lo que quería.

La puta monstruosidad estaba adherida al techo, sonriendo, con sus colmillos afilados como agujas brillando en la oscuridad. La criatura llevaba 'parches' de piel de varios colores y cada uno tenía un rango distinto de 'frescura'. La cosa despellejaba a sus víctimas, provocándolas y fastidiándolas antes de tomar su piel. Observé como la criatura se dejó caer en la cama, ignorándome y dándole su atención total a mi amigo, quien gritaba de terror. Cerré mis ojos tan fuerte como pude, pero aún así podía escuchar lo que pasaba.
Podía oír los gritos de mi amigo mientras la criatura lo arrastraba de la cama hacia el pasillo más allá de la puerta.
Tal vez podría haber ayudado a mi amigo, pero creo que eso ya no importa; porque han pasado dos semanas y esta cosa está afuera de mi ventana, con esa misma sonrisa. Y sé lo que quiere.

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