martes, 27 de marzo de 2012

Tsutomu Miyazaki - El Otaku Asesino

Tsutomu Miyazaki
Tsutomu Miyazaki (1962-2008) fue uno de los asesinos seriales más infames en la historia de Japón; donde se le conoce también como el Otaku Asesino, el Asesino de niñitas y Drácula.
Sus crímenes, cometidos entre 1988 y 1989 consistieron en la mutilación y asesinato de cuatro niñas de entre cuatro y siete años; así como actos de necrofilia y canibalismo en los cadáveres. Los crímenes fueron nombrados como "Los Secuestros y Asesinatos Seriales de niñas pequeñas en Tokio/Saitama", donde sacudieron a la prefectura de Saitama, la cual poseía un historial casi inexistente de crímenes cometidos contra pequeños.
Lo que hace impresionante a este asesino no es que fue uno de los primeros asesinos seriales en Saitama, si no la crueldad y depravación con la que ejecutó sus crímenes; así como actos que incluían necrofilia con los pequeños cuerpos y el consumo de la sangre de una de sus víctimas.
Durante el día, Miyazaki era un empleado común y corriente; mientras que en su tiempo libre seleccionaba niñas al azar para asesinarlas y enviaba cartas a las familias de las víctimas; relatando de forma gráfica lo que le hacía a sus víctimas. Por ejemplo; la familia de Erika Nanba recibió una tarjeta que decía lo siguiente:
"Erika. Frío. Toser. Garganta. Descanso. Muerte."
Uno de los actos más perturbadores involucra a su primer víctima, una pequeña llamada Mari Konno; cuyo cadáver fue dejado en una colina para descomponerse, y tras considerar que estaba lo suficiente putrefacto; le cortó las manos y pies, los cuales guardó en un armario; donde fueron descubiertos tras su arresto.
Posteriormente quemó los huesos restantes en un horno, los molió hasta hacerlos polvo y los envió a la familia de la niña junto con varios de sus dientes, fotos de su ropa y una tarjeta que decía:
"Mari. Cremada. Huesos. Investigar. Prueba."
Sus víctimas fueron, en el siguiente orden: Mari Konno (4 años), Masami Yoshizawa (7 años), Erika Nanba (4 años) y Ayako Nomoto (5 años); y el único patrón entre las víctimas fue que sus familias eran molestadas por llamadas telefónicas, las cuales consistían en un silencio total. Incluso, se sabe que si el teléfono no era contestado, podía seguir sonando por 20 minutos.


La racha de asesinatos de Miyazaki culminó el 23 de julio de 1989, cuando Miyazaki intentó meter el lente de una cámara en la vagina de una niña, en un parque cercano a su casa; donde fue sorprendido por el padre de la niña. Miyazaki corrió desnudo para escapar, y eventualmente decidió regresar al parque para recoger su automóvil; solo para ser arrestado por la policía gracias a una llamada de denuncia ejecutada por el abuelo de la niña.
Una búsqueda del departamento de dos habitaciones de Miyazaki reveló una colección de 5673 videocasettes que contenían entre otras cosas, anime y películas slasher (que se usaron posteriormente para encontrar un motivo para la locura del hombre). Entre otras cosas, se hallaron videos y ropa de sus víctimas; y Miyazaki mismo se declaró un fanático de las películas de horrors; incluyendo el cuarto film de la serie Guinea Pig (La Sirena de la Cloaca).
Cuirosamente, Miyazaki permaneció calmado y totalmente desinteresado respecto a su captura.
Los medios pronto le llamaron "El Otaku Asesino"; y sus asesinatos incitaron a un pánico moral contra los otaku, acusando al anime y las películas de horror por convertirlo en un psicópata.
El juicio contra Miyazaki comenzó el 30 de marzo de 1990; y Miyazaki echó la culpa de sus atrocidades a "Rat Man", un alterego que supuestamente lo incitaba a matar; e inclusive pasó gran parte del juicio dibujando a "Rat Man" como una carictura. Se le creyó loco, y si bien permaneció encarcelado durante la década de los noventa, la prefectura de Saitama lo sometió a una serie de evaluaciones psiquiátricas; donde se describió como un personaje con un desorden de identidad desasociada (personalidades múltiples). Aún así, el juez lo declaró consciente de la gravedad y la consecuencia de sus crímenes y por ende, culpable. Se le sentenció a muerte el 14 de abril de 1997; mientras que la sentencia fue retrasada por la Alta Corte de Tokio hasta junio 28 del 2001 y por la suprema corte de justicia el 17 de enero de 2006.
Curiosamente, Miyazaki se consideraba una persona buena y describió sus crímenes como "actos benevolentes", jamás pidiendo perdón por ellos. Otro asesino posterior, Kaoru Kobayashi; se describió a sí mismo como el "próximo Tsutomu Miyazaki o Mamoru Takuma", pero Miyazaki clamó que "no le permitiría llamarse a sí mismo el segundo Tsutomu Miyazaki hasta que no pasara por una evaluación psiquiátrica".
A Miyazaki se le ejecutó por la horca el 17 de junio de 2008. 

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